Así pues, estando de aquella manera,
me pude acercar tanto a aquel rosal,
que pude a mi antojo alargar mis manos
por entre las ramas y coger la rosa,
mientras me rogaba Buen Recibimiento
que no cometiera desmesura alguna.
Roman de la Rose, versos 21695-21700
(Ed. y trad. de Juan Victorio)
Así pues, estando de aquella manera,
me pude acercar tanto a aquel rosal,
que pude a mi antojo alargar mis manos
por entre las ramas y coger la rosa,
mientras me rogaba Buen Recibimiento
que no cometiera desmesura alguna.
Roman de la Rose, versos 21695-21700
(Ed. y trad. de Juan Victorio)