Al contrario que en la iconografía occidental más común, que siempre muestra dos peces, en la tradición árabe el signo de Piscis es un único pez de gran tamaño. Aquí está representado de forma naturalista como una trucha o un lucio colosal; la boca entreabierta le presta una expresión de aparente extrañeza por tener a Júpiter sentado sobre su lomo arqueado. A diferencia de lo que ocurría en Sagitario, el planeta regente está en contacto físico directo con el signo, pero ostenta la misma actitud distante propia de una personalidad que caracteriza a este astro (véase ff. 32v-33r). Júpiter está sentado sobre las piernas cruzadas, con un caftán abierto que deja ver debajo una túnica roja bordada en oro. Del hombro izquierdo le cae hasta la rodilla una estola blanca con rayas rojas cuyo otro extremo ondea a su espalda. Un gran turbante otomano envuelve su cabeza.
Saturno con un pico, un Júpiter idéntico al planeta regente de arriba pero más pequeño y Marte con una maza son los tres planetas que rigen los decanatos del mes de Piscis.
Stefano Carboni
The Metropolitan Museum of Art
Conservador adjunto del Dpto. de Arte islámico
(Fragmento del volumen de estudio del Libro de la Felicidad)
