En toda la provincia de Coromandel no hay ningún sastre. Todos andan desnudos durante todo el año, ya que el clima es siempre templado. Así también va el rey, aunque él lleva algunas cosas que ahora os contaré.
El rey cubre sus partes con un paño de mejor calidad que el de sus súbditos y además lleva un collar de piedras preciosas de gran valor. Alrededor del cuello lleva también un hilo de seda fina donde se enfilan ciento cuatro perlas grandes y rubíes, también de considerable valor. Estas perlas le sirven para rezar las ciento cuatro oraciones diarias a sus ídolos, como manda su fe. Esta tradición proviene de sus antepasados, que le transmitieron este deber.
En toda la provincia de Coromandel no hay ningún sastre. Todos andan desnudos durante todo el año, ya que el clima es siempre templado. Así también va el rey, aunque él lleva algunas cosas que ahora os contaré.
El rey cubre sus partes con un paño de mejor calidad que el de sus súbditos y además lleva un collar de piedras preciosas de gran valor. Alrededor del cuello lleva también un hilo de seda fina donde se enfilan ciento cuatro perlas grandes y rubíes, también de considerable valor. Estas perlas le sirven para rezar las ciento cuatro oraciones diarias a sus ídolos, como manda su fe. Esta tradición proviene de sus antepasados, que le transmitieron este deber.