Le Livre des simples médecines, (El Libro de los medicamentos simples), de la Biblioteca Nacional de Rusia, en San Petersburgo, es un códice singular, no solo por la gran belleza de sus ilustraciones, sino porque corresponde a la culminación de los saberes medievales europeos acerca de las sustancias de los tres reinos de la naturaleza que sirven para curar o aliviar las enfermedades.
Dichos saberes procedían de la Antigüedad clásica, cuyos libros médicos en griego fueron recuperados en Europa a través de las traducciones latinas indirectas desde el árabe, al mismo tiempo que se enriquecían con los productos curativos aportados por el mundo islámico. Estas traducciones se iniciaron en el siglo XI y tuvieron como primer centro la ciudad de Salerno. A mediados de la centuria siguiente trabajaba en ella Mateo Plateario, médico a quien se atribuye De medicinis simplicibus (Sobre los medicamentos simples), el compendio salernitano sobre el tema más importante e influyente.
El códice que se conserva en San Petersburgo fue realizado por Robinet Testard en la Francia de finales del siglo XV para el conde Carlos de Angulema y su esposa Luisa de Saboya. Tiene un texto de 220 páginas dividido en cinco partes: hierbas y flores, árboles y sus gomas y resinas, metales y minerales, productos animales y otras materias. Va seguido de un espléndido atlas de 116 páginas que incluyen 386 figuras. El núcleo del texto es la traducción francesa del compendio atribuido a Mateo Plateario, al que se añaden capítulos de obras de los tres siglos siguientes, durante los cuales se ampliaron los conocimientos sobre las sustancias medicinales, a partir de las traducciones efectuadas principalmente en Toledo.
Algo parecido sucede con el atlas, ya que su autor –seguramente el gran artista Robinet Testard– reunió, junto a ilustraciones medievales alejadas de la realidad o esquemáticas, otras realistas que corresponden al ‘‘retorno a la naturaleza’’ propio del Renacimiento. La mayoría representa plantas medicinales y, en menor medida, productos curativos animales o minerales, pero hay también escenas con personas dedicadas a su recogida.
Ejemplos de dichas escenas son las seis que aparecen en dos de las páginas del atlas. La titulada ‘‘Aloe’’ (f. 143r) no se refiere a los áloes de donde se obtiene el ácibar, sino al lináloe, es decir, a la madera saturada de resina del agáloco, que en la época era con frecuencia sustituida por la del olivastro. Las otras tres representan la recogida de oro, de alumbre y de antimonita, esta última utilizada en la época como medicamento desecativo.
Un interés adicional del códice es que dos médicos que lo manejaron durante el siglo XVI hicieron una serie de anotaciones. Ambos tenían ya una mentalidad claramente renacentista y disponían de ediciones en griego y traducciones latinas directas de los libros médicos de la Antigüedad clásica. Por ello, consideraban ‘‘bárbaros’’ los vocablos originales del códice y añadieron otros griegos o latinos, acompañados a veces de comentarios.
José Mª López Piñero (†) (Instituto de Historia de la Ciencia y Documentación López Piñero, Universidad de Valencia – C.S.I.C.)
Áloe (Aloe):
El áloe sirve para purificar la flema y la melancolía, para confortar los nervios y el estómago, para purgar los humores fríos, para el picor de los ojos y para aclarar la vista. Contra el dolor de cabeza y la opilación de hígado y de bazo. Provoca el flujo menstrual a las mujeres. También sirve contra la roña y la corrupción. Además hace recobrar el buen color a aquellos que por causa de una enfermedad lo hubiesen perdido. Para restañar la sangre de una herida y para resolverla. Así mismo evita que se caigan los cabellos. Expulsa a los gusanos del vientre y los otros animales que entran en las orejas. Por último sirve contra la gota y la inflamación de los oídos.
Ajo (Allium):
El allium es el ajo. El ajo es caliente y seco en cuarto grado, aunque según algunos a mitad del cuarto grado. Hay dos clases de ajo: el primero es el doméstico y común, el otro es el ajo silvestre, que es el llamado scordeon. Es menos caliente y seco que el ajo doméstico. No se puede distinguir en otros autores a uno del otro. El ajo silvestre actúa de forma moderada, y es el que se debe usar en las recetas y no el ajo doméstico, porque éste actúa impetuosamente. Nosotros utilizamos las flores de ajo silvestre, que deben haber sido recolectadas al final de la primavera, y se pueden colgar a la sombra para que se sequen y poderlas guardar durante dos años en una caja. No obstante, las mejores flores de ajo son las que se recolectan nuevas cada año. Del ajo doméstico nosotros utilizamos la cabeza. Tiene la virtud de desgastar y expulsar el veneno y sirve contra las mordeduras de animales venenosos poniendo sobre la herida ajos licuados. También el jugo de ajo ingerido por la boca expulsa el veneno, y es por esto por lo que se le llama la triaca de los campesinos. Contra las lombrices del vientre hay que tomar ajos, pimienta, un poco de perejil y jugo de menta y hacer con ello una salsa, el paciente mojará el pan en esta salsa y se la comerá. Para abrir las vías del hígado y los conductos de la orina se debe hacer una salsa similar diluida en vino y en jugo de plantas diuréticas. Contra la obstrucción de orina y el dolor de las entrañas se cogen ajos y se cuecen en aceite, con ello se hace un emplasto que se aplica en el pubis y alrededor de la verga. Y para provocar la menstruación a las mujeres hay que poner un diente de ajo a la entrada de la matriz, ya que esto hace evacuar el flujo menstrual retenido. Dice Constantino que este mismo efecto tienen los ajos cocidos en agua, en la cual se debe bañar la mujer pero solo hasta el ombligo. También se puede hervir los ajos en aceite, y mojar con este aceite un lechino, que se introducirá en la vagina. En los lugares donde la piel a perdido su color y aparecen morfeas, hacer por encima de ellas una incisión con la lanceta en varios lugares, y frotar sobre la incisión ajos asados, y luego aplicarlos en forma de emplasto. Contra el herpes estiomeneo, se toman cabezas de ajo y sus hojas con un poco de pimienta y se asa todo junto, y se hace un emplasto. Este preparado desgasta la materia. El ajo es perjudicial para la vista, porque seca. Pero también daña a todo el cuerpo si es usado sin mesura, porque engendra lepra, apoplejía y otros muchos males. Las flores del ajo silvestre son diuréticas, hay que tomarlas con vino, o con sirope, o con cualquier otra bebida. También sirven para todo tipo de obstrucción de orina. En las recetas del Antidotario aparecen muy pocas en las que se utilice el ajo doméstico, pero sin embargo, aparecen muchas con ajo silvestre, ya que éste es mucho más atemperado en sus efectos.
Apio (Apium):
Llamado también apium y ache, sirve contra la obstrucción de orina, para desopilar el hígado y el bazo, contra la gordura de bazo, la ictericia, la hidropesía, la abundancia de flemas, el frenesí, la fiebre cotidiana. El apio es nocivo para las mujeres, los niños y los epilépticos que se caen. Hay tres clases de apio, una es el felandrio acuático que en francés se dice ache de rammes, que vale y es provechoso contra el dolor de riñones, contra la obstrucción de orina, los espasmos de vientre, y el mal de bazo. El otro apio es el llamado apio sardónico y, en francés, ache de ris, sirve para los esplenéticos que están enfermos del bazo, contra la obstrucción de orina, contra el mal de piedra y, también, hace evacuar el flujo menstrual retenido y madura los apostemas. Por último, el denominado celedonia menor, y en francés ache de morroydes, sirve para secar las hemorroides, para los lunáticos y contra las manchas negras que quedan después de curarse una herida.
Borraja (Borago):
La borraja es una planta muy común, que tiene las hojas ásperas, y se le llama también borrago. Es caliente y húmeda en primer grado. Las hojas, mientras están verdes tienen virtudes medicinales, pero cuando están secas no las tienen. En menor medida que las hojas, sirven las semillas en medicina. Tiene la virtud de engendrar sangre buena, y por esta razón sirve para los que salen de una enfermedad, y tienen predisposición a tener un pasmo o un defecto en el corazón, o bien sufren de pasión cardíaca. Para los que tienen una enfermedad del corazón, o exceso de humor melancólico en el cuerpo, es muy útil comer borrajas con carne o potajes hechos con sebo o con grasa. Contra los síncopes o los pasmos, se debe hacer un sirope de jugo de borrajas con azúcar. Contra las enfermedades del corazón se hace así mismo un sirope de jugo de borrajas con azúcar a las que se añade polvo de hueso del corazón de un ciervo. Contra la pasión melancólica, así como contra la epilepsia, cocer cañafístola en jugo de borrajas, y de esta decocción hacer un sirope. En el caso de no tener la hierba, entonces cocer las semillas en agua, esta cocción se cuela y luego se hace un sirope. Las semillas secas se pueden guardar perfectamente durante dos años. La raíz no es nada buena para ser usada en medicina. Las borrajas comidas crudas también engendran buena sangre. Contra la ictericia se debe comer con frecuencia cocinada con carne, y beber jugo de borrajas con jugo de escarola que, según algunos, es una especie de lechuga.
Garbanzo (Cicer): Cicer es una planta donde crece la semilla que llamamos garbanzo. Y de este modo, cuando se encuentra cicer en una receta se ha de entender que son los granos y no las otras partes de la planta. Los garbanzos proporcionan mucho alimento y aflojan el vientre, provocan la orina y purgan el flujo menstrual retenido a las mujeres. Siempre producen ventosidad, y por esta causa hinchazón. Por este mismo motivo aumentan la semilla de la generación y acrecientan la lujuria y mueven a ella. Hay dos clases de garbanzos. Los verdes, que son los que todavía no han madurado, y los secos, que son los que han madurado. Las dos clases de garbanzos se pueden comparar con las habas secas y las verdes. Puesto que los garbanzos verdes se parecen en su virtud y efectos a las habas verdes, y los secos a las habas secas, pero no en todo. [...] Los garbanzos blancos son calientes en primer grado y húmedos a mitad de este grado. Tienen el tamaño y alimentan como las habas, pero no son tan buenos, porque son difíciles de digerir y causan tal cantidad de ventosidades que hinchan y abortargan la carne de todo el cuerpo, con un efecto parecido al que produce el vino cuando se tira a tierra muy seca, o el de la levadura en la pasta. Es por esta razón por la que los que consumen estos garbanzos tienen la piel tan bonita y con lustre, porque la carne hinchada tensa la piel y la hace estar reluciente y clara. Y la ayuda que proporcionan para aumentar la generación se debe a dos causas. Por un lado proporcionan gran cantidad de alimento y así hacen la materia de la generación abundante. La otra causa es por la ventosidad e inflamación que provocan. [...] Cuando se cuecen o se dejan en agua, dejan en ella un dulzor y también una especie de saliva. Por este dulzor, los garbanzos son mudificativos, laxantes y hacen secretar o expeler. También alimentan mucho y hacen aumentar la leche a las mujeres. Los garbanzos son también muy útiles a los que tiene ictericia y a los hidrópicos, además deshacen y resuelven los apostemas, en especial los de los genitales y los que están detrás o delante de la oreja. Por otro lado, por la parte que tienen de sabor salado, los garbanzos disminuyen y dispersan los humores gruesos, provocan la orina y el flujo menstrual a las mujeres. También quitan el picor de la cabeza y de todo el cuerpo si se lava la parte afectada con el agua donde se hayan cocido. Este mismo remedio cura el herpes rampante y el no rampante, y también limpia la piel. [...] También ayudan a que el niño sea alumbrado y salga con facilidad del vientre de su madre. También hace salir a las lombrices del vientre. También es útil para la ictericia y la opilación del hígado y de bilis, y rompe las piedras de los riñones y de la vejiga, pero es dañoso para las heridas y excoriaciones de la vejiga y de los riñones.
Mandrágora (Mandragoire): La mandrágora es fría y seca, pero los autores no determinan en qué grado. Hay dos formas de mandrágora, a saber: la mandrágora macho y la hembra. La mandrágora hembra tiene las hojas ásperas, y algunos dicen que como medicina es mejor que la macho, pero nosotros usamos una y otra indistintamente. También dicen algunos que la mandrágora hembra tiene forma de hombre, pero esto no es cierto, porque la naturaleza nunca atribuiría a ninguna planta forma humana. Pero, no obstante, si que es cierto que algunos forman con ella figuras con forma humana, tal y como lo hemos visto y oído a algunas gentes del campo. Lo que mayor utilidad tiene en medicina es la corteza de la raíz, después unos frutitos que le salen y, en tercer lugar, las hojas. La corteza de la raíz, una vez ha sido recolectada se puede guardar durante cuatro años con toda su bondad. Tiene virtud de enfriar, de calmar y de mortificar, además de hacer dormir y de narcotizar que es una misma cosa. Para hacer dormir a algún enfermo con fiebre, se debe confitar la corteza de la raíz de mandrágora con leche de mujer y clara de huevo, y luego se aplica sobre la frente y las sienes. Contra el dolor de cabeza causado por calor, se deben machacar las hojas y luego se ponen sobre las sienes. También se puede untar la cabeza con aceite de mandrágora que se prepara de la siguiente manera: primero se machacan los frutos de mandrágora y se ponen a remojar durante largo tiempo en aceite. Luego se ponen en el fuego para que se cuezan un poco, y por último se filtra el aceite, que es el que llaman aceite de mandrágora. Sirve para hacer dormir, así como para el dolor de cabeza provocado por el calor si se untan con él las sienes y la frente. Si se untan con este aceite las venas que palpitan, a las que llamamos pulsos, entonces calma y rebaja el calor producido por la fiebre. Los apostemas calientes se deben untar cuando son recientes con este aceite, y así saldrá la materia. Para esto también sirven los frutos y también las hojas de mandrágora, sean cortados o picados, o por lo menos el polvo de las hojas con el jugo de alguna planta fría aplicados sobre el apostema. Contra el flujo de vientre causado por la acidez y el amargor del humor colérico se debe untar el vientre y toda la columna vertebral con este aceite, y puede administrarse también un poco en un clíster. A esta planta algunos la llaman antimonium y androponitreos, y a su semilla albarolos.
Opio (Opium):
El opio es frío y seco en cuarto grado. Hay dos clases de medicinas llamadas opio. Una es el opio de Tebas o tebano, porque está fabricado en las partes de Ultramar, en el país de Tebas, y es el jugo hecho con adormideras, como luego se dirá. El otro es el llamado opio triniacon que, como se dirá después, huele muy mal. Pero ahora queremos hablar del opio hecho de adormidera, que es el llamado opio de Tebas por la causa arriba dicha, y se hace de la siguiente manera: se le hacen unos cortes o incisiones alrededor de la cabeza de la adormidera y también de las hojas, la leche que sale se deposita en torno a esta cabeza y luego se recoge, y es lo que se llama opio. Este opio que procede de las tierras de alrededor de Tebas es el mejor, pero también se produce en torno a una ciudad de la Apulia que se llama Trani, y es el llamado opio tranense, que no es tan bueno. El mejor opio es el de Tebas, que tiene un gusto muy malo, no es ni muy duro ni muy blando y es de color tirando a rojo. Pero el opio tebano es más duro que el tranense. Se puede guardar durante nueve años, puesto que al décimo año se corrompe. Se pone en las medicinas con el fin de rebajar y disminuir la fuerza de las medicinas calientes. Las medicinas en las que se pone opio se llaman opiatas. Tiene la virtud de constreñir y mortificar, pero no tiene este efecto cuando se añade a medicinas calientes, puesto que se lo impiden. Para hacer dormir a un enfermo, se debe deshacer el opio en leche de mujer, añadirle polvo de mandrágora, y hacer un ungüento con el que se le frotarán las sienes. Contra los apostemas calientes, como por ejemplo el apostema llamado erisipela, que está causado por un humor colérico, o como el herpes estiómeno que es un apostema que corroe y come todo lo que tiene alrededor, hay que preparar el opio con el jugo de una planta llamada correhuela, o con jugo de beleño blanco y luego hacer un emplasto. Cuando se toma el opio ingiriéndolo en la cantidad de un grano de algarroba adormece y mortifica todos los sentidos del hombre, en tal forma que desaparece cualquier dolor y hace dormir. Para el dolor muy fuerte y difícil de quitar, confitar el opio con leche de mujer y aceite rosado, y hacer con ello un emplasto. Y es posible que de esta forma se calme el dolor, puesto que se mortifica el lugar donde se aplica, y así no hay nada de dolor. No obstante puede dañar en lo sucesivo, porque el opio conserva la materia en el lugar, y no la deja ni evaporarse ni deshacerse.