Existe otra isla llamada Ceylán, con un perímetro de más de 2.000 millas, donde habitan innumerables serpientes y una gran cantidad de animales salvajes, especialmente elefantes. En esta isla hay un monte de gran tamaño que, según dicen, fue el lugar donde Adán lloró durante 1.003 años por la muerte de su hijo. En el centro de este monte hay una hermosa llanura con un lago no muy grande pero de caudal abundante; los locales cuentan que este lago se formó con las lágrimas de Adán y Eva. Sin embargo, no debe creerse esto, ya que el agua brota del fondo del lago. Además, el fondo del mismo está revestido de piedras preciosas y el agua está llena de sanguijuelas. El rey no suele tomar estas piedras, sino que generosamente permite a los pobres sumergirse una o dos veces al año y quedarse con las piedras que logren coger. Para protegerse de las sanguijuelas, los pobres se untan con un fruto similar al limón, que aplastan y aplican en su piel antes de sumergirse. De esta manera, pueden nadar sin la intromisión de las sanguijuelas y salen del agua con algunas piedras preciosas cuando es posible recogerlas.
El agua que baja del monte y pasa por este lago lleva consigo rubíes, diamantes y muchas otras piedras preciosas, incluyendo perlas, que el agua arrastra al mar. Por esta razón, se dice que el rey de Ceylán posee más piedras preciosas que cualquier otro rey del mundo.
Existe otra isla llamada Ceylán, con un perímetro de más de 2.000 millas, donde habitan innumerables serpientes y una gran cantidad de animales salvajes, especialmente elefantes. En esta isla hay un monte de gran tamaño que, según dicen, fue el lugar donde Adán lloró durante 1.003 años por la muerte de su hijo. En el centro de este monte hay una hermosa llanura con un lago no muy grande pero de caudal abundante; los locales cuentan que este lago se formó con las lágrimas de Adán y Eva. Sin embargo, no debe creerse esto, ya que el agua brota del fondo del lago. Además, el fondo del mismo está revestido de piedras preciosas y el agua está llena de sanguijuelas. El rey no suele tomar estas piedras, sino que generosamente permite a los pobres sumergirse una o dos veces al año y quedarse con las piedras que logren coger. Para protegerse de las sanguijuelas, los pobres se untan con un fruto similar al limón, que aplastan y aplican en su piel antes de sumergirse. De esta manera, pueden nadar sin la intromisión de las sanguijuelas y salen del agua con algunas piedras preciosas cuando es posible recogerlas.
El agua que baja del monte y pasa por este lago lleva consigo rubíes, diamantes y muchas otras piedras preciosas, incluyendo perlas, que el agua arrastra al mar. Por esta razón, se dice que el rey de Ceylán posee más piedras preciosas que cualquier otro rey del mundo.