Libro de las maravillas del mundo,
Marco Polo - Odorico de Pordenone

Cosecha de vino de palma y de sagú, f. 105r


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No muy lejos de esta región se encuentra otra llamada Patin, también conocida como Malamasini. El rey de este lugar también gobierna sobre muchas islas. Allí crecen árboles que producen harina, otros, que dan miel y vino, y también árboles que producen el veneno más peligroso del mundo. Para contrarrestar este veneno, el único antídoto es beber excremento de humano diluido en agua, lo que liberará por completo del veneno a aquel que lo haya ingerido.

Los árboles que producen harina lo hacen de la siguiente manera: se les golpea cerca de la raíz con un hacha porque son árboles grandes, aunque no muy altos. De la abertura fluye un licor similar a la cola, que recogen en sacos hechos de hojas y dejan secar al sol durante 15 días. Al cabo de este tiempo, el licor se convierte en harina. Luego, la harina se deja en agua de mar durante dos días, se lava con agua dulce y se obtiene la mejor pasta del mundo. Con esta pasta se puede preparar cualquier cosa, desde alimentos hasta un pan muy bueno, del cual yo mismo, fray Odorico, tuve la oportunidad de comer. Este pan, aunque por fuera es de bella apariencia, es más bien negro por dentro. Todo esto lo vi con mis propios ojos.


f. 105r

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Cosecha de vino de palma y de sagú, f. 105r

No muy lejos de esta región se encuentra otra llamada Patin, también conocida como Malamasini. El rey de este lugar también gobierna sobre muchas islas. Allí crecen árboles que producen harina, otros, que dan miel y vino, y también árboles que producen el veneno más peligroso del mundo. Para contrarrestar este veneno, el único antídoto es beber excremento de humano diluido en agua, lo que liberará por completo del veneno a aquel que lo haya ingerido.

Los árboles que producen harina lo hacen de la siguiente manera: se les golpea cerca de la raíz con un hacha porque son árboles grandes, aunque no muy altos. De la abertura fluye un licor similar a la cola, que recogen en sacos hechos de hojas y dejan secar al sol durante 15 días. Al cabo de este tiempo, el licor se convierte en harina. Luego, la harina se deja en agua de mar durante dos días, se lava con agua dulce y se obtiene la mejor pasta del mundo. Con esta pasta se puede preparar cualquier cosa, desde alimentos hasta un pan muy bueno, del cual yo mismo, fray Odorico, tuve la oportunidad de comer. Este pan, aunque por fuera es de bella apariencia, es más bien negro por dentro. Todo esto lo vi con mis propios ojos.


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